No es casualidad que grandes potencias mundiales como Alemania, Italia, Francia y China estén avanzando a pasos agigantados en el desarrollo e implementación de nuevos sistemas de uso de energía solar. Además de la voluntad política de contribuir al cuidado del medio ambiente –uno de los objetivos del milenio-, la necesidad de buscar una fuente energética diferente a la nuclear, al gas y al petróleo empujó a los sectores públicos y privados a explotar, aún más, la energía fotovoltaica, eólica y mareomotriz.