El clima y la geografía son ventajas a la hora de implementar estas alternativas en Colombia. El país tiene todo lo que se necesita para generar electricidad a partir de las Fuentes no Convencionales de Energía Renovable (Fncer) porque los recursos disponibles a nivel nacional para ello son óptimos.

Según la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) se cuenta con una irradiación solar promedio de 194 vatios por metro cuadrado (W/m2) para el territorio nacional, vientos localizados de velocidades medias en el orden de 9 metros por segundo (m/s) (a 80 metros de altura para el caso particular de La Guajira), y posibilidades energéticas del orden de 450.000 terajulios (TJ) por año en residuos de biomasa.

“Las energías no convencionales cumplen un papel importante, sin embargo, hay que tener en cuenta que siguen siendo fuentes intermitentes que dependen de la radiación y del viento, factores que no se pueden controlar. Es por esto que vuelve a cobrar importancia el balance de la matriz energética”, aseguran técnicos de la compañía Celsia.

Entre tanto, Alejandro Lucio, director ejecutivo de Ser Colombia, Asociación de Energías Renovables, dice que esta agremiación es optimista con la Fncer. Desde el punto de vista de la generación con estas fuentes a gran escala, es decir grandes proyectos de producción, las últimas semanas han sido favorables en varios sentidos.

“Por una parte, el Ministerio de Minas publicó un proyecto de decreto a través del cual se busca definir mecanismos de contratación de largo plazo que viabilicen la entrada del cierre financiero de estos proyectos, fundamentales para el acatamiento de las metas de reducciones de gases de efecto invernadero y el cumplimiento de Colombia de los objetivos de desarrollo sostenible”, indica Lucio.

De igual manera, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) viene estudiando mecanismos de contratación de largo plazo, que permitan la entrada de estos proyectos a la matriz de manera que se conviertan en un complemento ideal a los mecanismos de generación actual y blinden al país frente a eventos críticos de escasez hídrica.

“La incursión de las Fncer a la matriz energética, beneficiará a los usuarios con tarifas competitivas y estables; en esta materia el país viene avanzando con paso firme, muestra de ello es la adjudicación de la construcción de la línea de transición de La Guajira al Grupo Energía de Bogotá (GEB), que permitirá la entrega de energía de proyectos de generación eólica por más de 1.000 megavatios (MW) a partir de 2022, una señal que recibimos de manera muy positiva”, precisa Lucio.

Desde el punto de vista de generación distribuida y autogeneración a pequeña escala, la definición de la fórmula para el reconocimiento del cargo por respaldo despeja incertidumbre en este tipo de proyectos.

Sin embargo SER Colombia sigue a la espera de definiciones en lo que tiene que ver con procesos simplificados de conexión y comercialización de energía excedentaria, que “entendemos la Creg está muy cerca de publicar en definitiva”, anota Lucio.

Costo de la energía
Sobre este punto, la Asociación Colombiana de Grandes Consumidores de Energía Industriales y Comerciales (Asoenergía) ha venido solicitando al Gobierno Nacional medidas para tener tarifas de electricidad más competitivas.

Según María Luisa Chiappe, presidente de Asoenergía, esta agremiación ha manifestado la preocupación que tiene la industria por los costos del fluido eléctrico que son tan altos.

“De hecho si se hace una comparación de los valores que se registran en Colombia con los que tienen nuestros competidores más relevantes como Estados Unidos, Perú, Ecuador, México, Brasil, entre otros, las tarifas de este servicio son demasiado altas”, destaca Chiappe.

En este momento se puede estar hablando que el país llega a tener precios superiores del valor de la electricidad con respecto a otras naciones, entre un 60 a un 30 por ciento.

El director ejecutivo de Ser Colombia, al respecto señala: “En términos del componente de generación los contratos de energía en Colombia en el mercado mayorista están en un rango entre 180 y 200 pesos / Kilovatio hora (Kwh). Los procesos licitatorios para contratación de largo plazo en países de la región como México, Chile, Argentina, entre otros, han arrojado precios de entre 20 a 50 dólares / MW, lo que equivaldría en pesos por (Kwh) alrededor de 60 a 150 pesos/kWh”.

Además advierte que replicar este modelo de contratación a largo plazo sería muy beneficioso para el usuario final, fuera de los evidentes beneficios en términos ambientales y diversificación de nuestra matriz eléctrica. Para Chiappe son bienvenidas las Fncer en la medida que puedan ofrecer al mercado, energía a costos competitivos.

La primera fotovoltaica
Se encuentra en Yumbo, Valle y se trata de Celsia Solar Yumbo, la primera planta de generación solar a gran escala en entregar energía al Sistema Interconectado Nacional. El proyecto que fue desarrollado por Epsa, tiene una capacidad instalada de 9,8 MW, lo cual le permite generar cerca de 16,5 GWh de energía año, equivalentes al consumo de 8 mil hogares.

Para su construcción fueron instalados 35.000 módulos fotovoltaicos y 9 inversores que transforman la energía continua en energía alterna. El proyecto se desarrolló en seis meses, desde marzo del 2017, luego de que en febrero del mismo año se anunciara su construcción. “Aunque el montaje de la granja se hizo en un periodo relativamente corto, nos tomamos el tiempo para adquirir un cabal entendimiento sobre este tipo de tecnología, hacer una planeación rigurosa, definir los diseños y surtir los trámites requeridos”, Julián Cadavid, ejecutor del proyecto y líder de la compañía Celsia.